España es atractiva para los inversores hoteleros porque es un destino de moda en el sur de Europa (en 2017 ha superado los 82 millones de turistas, más de un 9% que el año anterior, según ha revelado Mariano Rajoy, presidente del Gobierno). En total, se han vendido 182 hoteles frente a los 147 que se comercializaron en 2016. Y el precio medio por habitación ha sido de 119.000 euros, un 30% más.
Irea destaca que ha aumentado el número de proyectos para reconvertir en hoteles los inmuebles que tenían otro uso. También ha sucedido lo mismo con la venta de suelo para la construcción de nuevos establecimientos. Entre ambas modalidades se ha llegado a la cifra de 478 millones de euros, un 139% más que el año anterior.
Una clara muestra de que el incremento del turismo (sobre todo el de sol y playa) ha animado a los inversores a comprar hoteles en España es que el 69% del total de las transacciones se concentró en alojamientos vacacionales. De hecho, en Canarias los inversores dedicaron 939 millones de euros, casi un tercio de toda la inversión española. En las ciudades, Madrid sigue siendo la referencia, con 637 millones de inversión, seguida de Barcelona, con 422 millones en 2017. En este último caso, Irea destaca que las compraventas se produjeron antes del 1 de octubre, día en que se celebró el referéndum ilegal que preguntaba a los catalanes por la independencia de España.
Otra muestra de que el negocio hotelero español es atractivo para los inversores internacionales se infiere de que el 61% del dinero dedicado a la compra de activos hoteleros provino del exterior, aportando la mitad los fondos de inversión.