MADRID.- Una de las obras de arte más admiradas de la Humanidad cumple 500 años. La Capilla Sixtina del Vaticano (Roma) está de celebración. El 31 de octubre de 1512, el Papa Julio II dio un banquete al embajador de Parma y después se trasladó con los asistentes a la Sixtina, capilla en la que el gran Miguel Ángel había empleado cuatro años de su vidapara decorarla.
Entre 1508 y 1512, Miguel Ángel pintó 1.100 metros cuadrados de frescos. La hazaña toma otros tintes si se piensa que este trabajo se hizo tumbado boca arriba en un andamio a 20 metros de altura.
Hoy, cerca de cinco millones de personas acuden cada año a admirar esta obra de arte. Hay días que pasan por la capilla hasta 30.000 turistas. Como todo lo que está masificado, esta dinámica tiene sus peligros, ya que el polvo y la suciedad que entra con los turistas en la Sixtina está empezando a estropear las pinturas de Miguel Ángel. Por eso el Vaticano se está planteando la posibilidad de restringir el acceso diario a la capilla a un número determinado de turistas.
De momento, las autoridades eclesiásticas han decidido instalar un nuevo climatizador que ayude a mantener la sala en perfectas condiciones y elimine los gases que producen los visitantes. Además de los frescos de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina también se encuentran obras de Botticelli o Perugino, grandes artistas de la época.