MADRID.- El reciente informe que ha publicado la Oficina de Investigaciones y Análisis (BEA) cuestiona la formación de los pilotos y su reacción ante el accidente del avión de Air France que cayó al agua en 2009 y provocó la muerte de 228 personas.
Los investigadores encargados de esclarecer el accidente del vuelo AF447, tras estudiar la información registrada, casi de milagro, por las cajas negras del Airbus A330, que fueron encontradas en el fondo del mar el pasado mayo, aducen que la reacción de los pilotos durante la emergencia no fue la correcta, por lo que probablemente su formación fuera deficiente.
Al parecer, el comandante del aparato, un hombre de 58 años y amplia experiencia, se fue a descansar y dejó al cargo a dos copilotos de 31 y 32 años que no tenían muy claro cuál era exactamente el reparto de tareas, según señala el informe. De modo que dos horas después de que el avión despegase comenzaron a manifestarse los primeros problemas en el Airbus.
El principal problema señalado por el documento, fue que ninguno de los dos copilotos identificó correctamente las indicaciones de pérdida de velocidad, a pesar de que hubo una alarma que sonó por espacio de casi un minuto advirtiendo de la situación. No obstante, algo no debió funcionar correctamente, ya que según se pudo comprobar en la conversación entre los tres pilotos, ninguno de ellos era consciente de que el aparato se encontraba en caída libre. Extraña conclusión puesto que la caída duró tres minutos y medio.
Por otra parte, se apunta que los pilotos no estaban entrenados para manejar a gran altitud y ejecutaron una maniobra inversa en el momento crítico. Ante lo cual el informe recomienda que se ofrezca una mayor capacitación a los pilotos y que ésta sea obligatoria, especialmente para que sean capaces de volar de forma manual y resolver con destreza las pérdidas de altura.
De manera que a la falta de claridad en las consignas y la preparación hay que unir la pérdida de velocidad por parte del avión y una posible falla en el piloto automático, lo cual sería el detonante del fatal desenlace. Los expertos advierten de que pudo tratarse de un congelamiento en los sensores de velocidad que empleaban los Airbus.
La noticia no fue bien acogida por la asociación Entraide et Solidarité AF447 (Ayuda Mutua y Solidaridad) quienes reclaman que esta solución no les convence. El traslado de la responsabilidad a los pilotos, liberaría en gran medida, tanto Air France como Airbus de las acusaciones por homicidio involuntario, mientras que por otra parte Air France, no admite la acusación de que sus pilotos no estén preparados y que se haya podido tratar de un error tan deliberadamente humano, poniendo en entre dicho las competencias técnicas de sus empleados.
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