MADRID.- Miguel Sebastian, ministro de Industria, Turismo y Comercio, espera un verano mucho mejor que el del año pasado en afluencia turística. Desde el Gobierno prevén que el número de visitantes extranjeros que llegue a España crezca entre un 4,5% y un 6,5%, lo que llevaría el número de turistas a rondar los 56 millones. Sebastián dio a conocer las previsiones en la presentación del Plan Turismo Seguro, donde añadió que, si se confirman las previsiones, este será el “cuarto mejor año de la historia” para el turismo, a la vez que aludió al efecto que tendrá sobre el empleo.
Para los meses puramente veraniegos (de julio a septiembre), Turismo espera un crecimiento del número de turistas de entre el 6% y el 8%, fundamentalmente por mercados como Francia, Reino Unido, Italia y Rusia. El caso ruso es remarcable, ya que por primera vez en 2011 enviará a nuestro país más de 1 millón de turistas, lo que da idea del cambio que se está produciendo en los mercados emisores. Por su lado, los viajeros del Reino Unido acudirán a España debido a las turbulencias políticas que viven otros destinos como Egipto y Túnez, algo que ya ha señalado la patronal Exceltur en repetidas ocasiones.
“Hemos conseguido que España sea un destino de moda para los turistas rusos”, ha manifestado Miguel Sebastián, aunque puso la nota negativa sobre el hecho de que Alemania, a pesar de haberse ido recuperando a lo largo de 2010, este año está creciendo “un poco por debajo de la media”. Las previsiones del Gobierno han ido mejorando a medida que transcurría el año: a finales de 2010 se esperaba un aumento del 0,3% en la llegada de turistas, mientras que posteriormente se ha elevado hasta el 4% en vista de los resultados que se están obteniendo.
Los datos son claros y España ha recibido hasta abril 13,8 millones de turistas internacionales, un 8,5% más, según los datos de la Encuesta de Movimientos Turísticos en Fronteras (Frontur). Solo en abril, un 20,9% más de turistas extranjeros visitaron España, hasta 4,7 millones. Sebastián reconoció que es evidente que parte de este crecimiento se debe al desvío del turismo europeo provocado por las revueltas árabes, si bien subrayó que “no es una casualidad, si no un factor estructural”.