Los arquitectos alertan del preligro de deterioro del Acueducto de Segovia

MADRID.- El Acueducto romano de Segovia, uno de los principales encantos turísticos de esta capital castellana, está en peligro, según el Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla y León Este (COACYLE). El gremio ha pedido que se adopten medidas de protección más serias que no sólo pasen por restringir el tráfico rodado debajo del monumento, como en la actualidad. Y es que, desde 1992, los coches no pueden circular bajo el acueducto, aunque sí lo hacen a los lados del mismo.

El COACYLE ha elaborado un informe de veintinueve páginas en el que se detalla que la Plaza Oriental es una de la que más superficie dedica al tránsito de vehículos: 5.000 metros cuadrados, frente a los 1.100 metros cuadrados que tiene el nudo de la Estación de autobuses, por ejemplo. Además de señalar los problemas, el estudio tambén presenta soluciones. La primera de ellas consiste en la creación de “una franja de seguridad, de unos 15 metros a cada lado del Acueducto, en la cual no exista ningún tipo de tráfico, se eliminen las señales, los bolardos y el exceso de mobiliario urbano, y se prohíba la celebración de eventos con escenarios que tapen el monumento y lo dañen con vibraciones por exceso de decibelios”, según detalla el informe.

El Colegio es especialmente crítico con los montajes multitudinarios, que suponen la instalación de escenarios que imposibilitan la buenavisión del monumento, Patrimonio de la Humanidad. Además, distingue estos espectáculos de otros que sólo requieren la concentración multitudinaria de personas, pero sin necesidad de montajes previos.

Por otra parte, desde el Colegio también se propone cortar el tráfico en la cercana calle Ochoa Ondategui y la peatonalización total de la llamada Plaza de Artillería, donde ahora se detienen los vehículos que aguardan la recogida de familiares o amigos y, frente a ellos, paran taxis y autobuses. También se reclaman el alejamiento de la parada de autobús de la Plaza Oriental al comienzo de la Vía Roma y la sustitución de los grandes autobuses que suben al casco histórico por vehículos más adecuados.

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