Bruselas, la capital de Bélgica y sede de las instituciones europeas, ha sido objetivo de una serie de atentados terroristas, reivindicados por el grupo terrorista Estado Islámico. Una explosión en el metro de la ciudad y otras dos en el aeropuerto, una de ellas causada por un ataque suicida, han dado inicio a esta jornada criminal en la ciudad belga. Poco antes de las ocho de la mañana ha tenido lugar una doble explosión en el área de salidas del aeropuerto de Bruselas-Zayentem. Hora y media después se producía otra detonación en el metro de la ciudad, en la estación de Maelbeek, muy cerca de las instituciones europeas, como el Parlamento.
Tras la explosión, los pasajeros del metro fueron evacuados, mientras que los viajeros del aeropuerto huyeron despavoridos. Este último hecho ha multiplicado la labor de la policía, ya que al abandonar los equipajes, los efectivos policiales han tenido que comprobar si no había más artefactos explosivos en alguna maleta. En el aeropuerto se han encontrado un rifle Kaláshnikov y un cinturón de explosivos sin detonar, que se ha hecho estallar de forma controlada, según ha informado la cadena pública RTBF.
Hasta el momento, el balance de víctimas es de 34 muertos, 14 en el aeropuerto y 20 en el metro, así como dos centenares de heridos. El Gobierno de Bruselas ha cerrado la red de transporte público temiendo un nuevo ataque, según ha informado el propio fiscal general belga, Frédéric Van Leeuw. El fiscal ha confirmado que uno de los ataques del aeropuerto ha sido perpetrado de un kamikaze. La policía federal intenta averiguar la identidad de los autores y si alguno de ellos ha podido escapar. No se tienen pistas reseñables, pero algunos testigos citados por medios belgas han asegurado que se oyeron gritos en árabe antes de las detonaciones.
Las explosiones han tenido lugar tan sólo cuatro días después de la detención del presunto yihadista Salah Abdeslam, quien había huido de los atentados del 13 de noviembre en París. Otros países también han reforzado las medidas de seguridad en sus aeropuertos y han cancelado algunos vuelos. La frontera por carretera y tren entre Bélgica y Francia está cerrada y la red europea de trenes de alta velocidad Thalys también ha interrumpido sus trayectos. Lo mismo ha sucedido con la compañía Eurostar (conecta por tren Bruselas con París, Londres y Lieja, principalmente), que ha cancelado todos sus trayectos con origen o destino en la capital belga.
Por su parte, las Instituciones de la UE están en nivel naranja de alerta, permitiendo solamente el acceso a los funcionarios identificados y cancelando el resto de reuniones o trabajos previstos. En Bélgica, la alerta se encuentra en nivel 4, el máximo: “una amenaza posible y creíble”, apuntaba el primer ministro belga, Charles Michel. La OTAN ha elevado el nivel de alerta de su cuartel general en Bruselas.