Los atentados de París reducen la intimidad de los pasajeros aéreos

Jorge Fernández, ministro del Interior del Gobierno español | Foto: Ministerio del Interior

Como era de esperar, el reciente atentado contra la redacción del semanario Charlie Hebdo en París (Francia) tendrá consecuencias sobre los viajeros europeos. Los diferentes gobiernos de la Unión Europea se están planteando recabar los datos personales de los pasajeros de vuelos que aterricen en cualquier aeropuerto comunitario. Se trata de una actividad que afecta a la intimidad de los viajeros, pero que se realizará con fines de seguridad.

En cualquier caso, los diferentes países de la Unión Europea están divididos sobre este asunto. En España, el Gobierno del presidente Mariano Rajoy (Partido Popular) ha anunciado que a final de 2015 tendrá en marcha un superfichero en el que se almacenarán todos los datos de los pasajeros que lleguen a aeropuertos españoles. Estos datos se podrán analizar por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con el fin de detectar terroristas y otros delincuentes peligrosos. A España se sumarán otros 14 países en esta iniciativa y, lo más probable, es que los datos se compartan entre ellos. Sin embargo, la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior (LIBE) del Parlamento Europeo ha rechazado desde 2013 la creación de estos ficheros, porque incumplirían la legislación de protección de datos europea y atentarían contra derechos fundamentales. Desde Bruselas no han hecho mucho caso y la Comisión Europea ha destinado 50 millones a la creación de estos almacenes de datos personales. Si el principal escollo es una cuestión legal, una modificación legislativa puede abrir el camino para la implantación de un fichero de datos en toda la UE.

El término para denominar a este fichero ya es conocido en el mundo de los viajes: Passenger Name Record (PNR) y consistirá en recopilar la información de la reserva aérea. Así, se almacenarán datos sobre si la reserva se ha realizado en Internet o agencia de viajes, si se ha pagado en efectivo o con tarjeta de crédito, y si la ruta del viajero sigue algún patrón utilizado por terroristas. Amén de los datos personales del cliente. Con todo esto, la Policía podrá advertir patrones e investigar a aquellos pasajeros que le resulten sospechosos, e incluso proceder a su detención en aeropuertos o en el propio transcurso del viaje. El PNR no es nuevo en Europa, puesto que desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, las compañías que vuelan hacia EEUU están obligadas a transmitir los datos de los pasajeros al Gobierno estadounidense para evitar la entrada de terroristas en el país. La Unión Europea se vio obligada a colaborar en la cesión de datos personales con EEUU tras unos meses de fuertes polémicas. Por su lado, Canadá y Australia ya usan este tipo de registros con fines de seguridad.

La realidad es que Europa tiene un problema de seguridad. Desde el inicio de la guerra de Siria y la aparición del grupo terrorista Estado Islámico (ISIS en sus siglas inglesas) como un actor fuerte en el país asiático y en Irak, han sido muchos los musulmanes residentes en Europa que se han desplazado a estos dos países para integrarse en los crímenes del grupo fundamentalista (en Francia, el primer ministro Manuel Valls cifra en 1.250 los ciudadanos que se han desplazado a Siria e Irak). Los cuerpos policiales europeos tienen conocimiento de que muchos de ellos han regresado a sus países de origen, pero más radicalizados tras su experiencia en un grupo terrorista, donde pueden haber recibido entrenamiento militar y formación para cometer atentados en ciudades europeas cuando se lo ordene esta u otra organización. Los atacantes a Charlie Hebdo eran dos hermanos, de nacionalidad francesa, pero que habían combatido en Siria y que contaban con entrenamiento militar, a juzgar por su comportamiento en el desarrollo de los hechos.

Los responsables de seguridad europeos se están tomando muy en serio las amenazas que proceden de grupos terroristas como Al Qaeda o ISIS tras unos años de despiste y de una falta de estrategia en la lucha contra el fundamentalismo religioso en Europa. En el número de diciembre de 2014 de la revista Inspire, realizada por el grupo terrorista Al Qaeda en la Península Arábiga y de gran difusión entre terroristas islámicos, se llama a los activistas de la organización a atentar contra aerolíneas estadounidenses y europeas. Para ello, se realiza un detallado “paso a paso” de cómo se crea una bomba de mano que se puede ocultar en los controles aeroportuarios para estallarla en pleno vuelo. Además, se señalan las aerolíneas en las que cometer los atentados: American Airlines, Delta, Continental Airlines, United, British Airways, Easyjet y Air France-KLM. Los servicios de seguridad mundiales conocen este tipo de publicaciones y la influencia que tienen en sus lectores.

Por todo ello, no es raro que en los próximos meses se produzca un incremento de seguridad en los aeropuertos de toda Europa. De momento, siguen existiendo las limitaciones al trabsporte de líquidos en el equipaje de mano. También sigue en marcha la implantación de escáneres integrales en los que se visualiza todo el cuerpo del pasajero y se detectan posibles bultos sospechosos.

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