Los destinos turísticos menos afectados por el Covid-19 inician su reapertura

Torre de Sidney (derecha) – Foto de ONT Australia

Algunos destinos turísticos mundiales están pensando en reabrir sus fronteras cuanto antes para atraer viajeros. El movimiento creará un escenario de dos velocidades en la recuperación de un sector económico clave para sus economías regionales tras controlar la epidemia de coronavirus Covid-19. En cabeza se posicionarán los países que tengan una menor afectación por coronavirus y reinicien antes su actividad turística. En la cola estarán los que posterguen ese momento, fundamentalmente porque no hayan controlado del todo la evolución de la epidemia en su territorio.

Una de las primeras zonas que vería esta apertura es Oceanía y se produciría entre Australia y Nueva Zelanda. Los dos países estudian la posibilidad de permitir el viaje entre sus nacionales, pero sin aceptar todavía visitantes de terceros estados. “Burbuja trans-tasmania” (los dos estados se encuentran separados por el Mar de Tasmania) es el nombre que los gobiernos de Australia y Nueva Zelanda han otorgado a la iniciativa de levantar las restricciones de viaje para sus ciudadanos. Jacinda Ardern, la primera ministra de Nueva Zelanda, que ha sido muy elogiada por su gestión de la crisis de Covid-19, ha explicado que antes de tomar la decisión de apertura se deben activar más medidas sanitarias para garantizar que los contagios no se propagan entre países. Estas medidas aún no han sido definidas, pero es muy probable que incluyan protocolos de verificación de la salud en puertos y aeropuertos. La reapertura beneficiará sobre todo a Nueva Zelanda, ya que su turismo es muy dependiente de los viajes de los australianos (613.000 pasaron sus vacaciones hasta marzo en el país vecino). No obstante, el turismo chino llevaba varios años creciendo en los dos estados oceánicos. En Australia se han registrado unas 6.800 infecciones y 96 muertes por Covid-19, mientras que en Nueva Zelandia las cifras ascienden a 1.137 casos y 20 muertes.

En Europa, Grecia está encabezando una iniciativa para que varios países de la Unión Europea (UE) permitan viajes entre sus nacionales. La Comisión Europea (CE) tiene que elaborar una guía para la reapertura de los destinos turísticos del continente que ponga en común las prácticas que se deben llevar a cabo. Pero el plan que debe salir de Bruselas se está retrasando, sobre todo por el nivel de contagios que aún se mantiene en países como Italia, Francia o España. Los ministros de Transporte y de los de Turismo de la UE no se ponen de acuerdo sobre las medidas que se deben adoptar para garantizar que los viajeros no diseminen el virus en los destinos que visiten. Harry Theoharis, ministro griego de turismo, ha sugerido la idea de crear un “pasaporte sanitario” que el turista debería solicitar en su país de origen y con el que se certificaría que no se halla contagiado con coronavirus. Este pasaporte le permitiría viajar al país de la UE que haya reabierto sus fronteras. Grecia cuenta con 2.566 infectados por coronavirus Covid-19 y 138 muertos. El turismo aporta el 10% de la riqueza nacional y genera unos ingresos anuales de 18.000 millones de euros.

De momento no se conocen las medidas que la UE tomará para garantizar que el virus no se propaga con el movimiento de turistas. Todas las opciones están abiertas, desde las menos invasivas, como la comprobación de la temperatura en el aeropuerto con cámaras termográficas, o con termómetros de mano, hasta los análisis de sangre. Estas iniciativas presentan varias cuestiones. Desde un punto de vista sanitario, una persona puede estar infectada con el virus y no tener síntomas, ni siquiera fiebre, pero sí puede contagiarlo. Desde el plano legal, no está claro que se puedan realizar análisis de sangre a los viajeros y tampoco se ha explicado qué pasará con aquellos que den positivo en los aeropuertos de llegada, por ejemplo. La UE calcula que cada mes de inactividad en la industria turística supone una pérdida de 1.000 millones de euros, un negocio que da empleo al 12% de los trabajadores de la Unión y aporta el 10% de la riqueza del club comunitario.

Egipto es otro ejemplo de país que no ha esperado más para reactivar su sector turístico. De momento, los hoteles egipcios sólo pueden abrir para el viajero nacional y al 25% de su capacidad hasta el final de mayo. El Gobierno egipcio también obliga a que los establecimientos adopten otras medidas sanitarias para evitar la propagación de coronavirus Covid-19: deberán contar con una clínica con un doctor residente, productos desinfectantes y control de la temperatura de sus clientes. Los huéspedes tendrán que registrarse por Internet antes de entrar en el alojamiento y los trabajadores de los hoteles se someterán a test para verificar que no están contagiados con coronavirus. A partir de junio, los hoteles podrán funcionar al 50% de su capacidad. Vuelos, hoteles, restaurantes y cafés llevan cerrados en el país africano desde hace semanas. El turismo aporta alrededor del 15% de la riqueza económica que genera Egipto y se calcula que cada mes de parón supone una pérdida económica de 1.000 millones de dólares (926 millones de euros). El país tiene algo más de 6.500 contagiados y 429 muertos por coronavirus.

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