MADRID.- La consultora Deloitte ha elaborado su informe de expectativas turísticas (PDF) en el que pregunta a los principales directivos del sector en España. Según la compañía, un año más los directivos turísticos han mostrado su decepción respecto a dos variables: la tarifa media y la ocupación en los hteles, que sirve para dar una medida de la rentabilidad del turista. En ambos casos, el 50% y el 42% de los encuestados, respectivamente, consideran que se han incumplido unas expectativas ya de por sí modestas. Los directivos afirman que la “guerra de precios” continúa, causada por la debilidad de la demanda interna y por el peor comportamiento del segmento urbano frente al vacacional.
Como ya vienen advirtiendo diversas patronales del sector, algunos destinos está capeando mejor la crisis que otros. Entre los destinos con un mejor comportamiento se encuentran las Islas Canarias, Mallorca e Ibiza.
Otro punto que no se acaban de creer los directivos turísticos es el Plan Nacional e Integral de Turismo, que fue valorado de manera muy positiva hace un año, y ahora es visto con cierto escepticismo. Los directivos insisten en la necesidad de fortalecer la marca en el exterior, potenciar la demanda y mejorar la accesibilidad, pero no son tan optimistas en cuanto a la capacidad del Plan, motivada en buena parte por los sacrificios llevados a cabo durante los últimos años de coyuntura negativa y el impacto limitado en resultados.
Además, la valoración de los directivos consultados sobre la eficacia de las acciones del Plan Nacional e Integral de Turismo es baja. La medida considerada como la más eficaz, la promoción de la marca España, es vista como nada o poco eficaz por el 56% de los encuestados. Del mismo modo, otras medidas como el desarrollo de un marco normativo competitivo, el apoyo a la sostenibilidad económica, social y medioambiental o el apoyo al conocimiento, el talento o la innovación, han sido consideradas nada o poco eficaces por cerca del 70% de encuestados.
En relación a la gestión de las compañías, las decisiones identificadas por los directivos como más acertadas durante los últimos años han sido la mejora de la eficiencia y de la gestión de costes, la gestión de los ingresos y de la comercialización, selección y explotación de canales, la estrategia online, y la definición y conocimiento del cliente objetivo. Para algunos encuestados, aunque no se encuentra entre las prácticas más destacadas, han sido claves las decisiones en términos de diversificación geográfica y estrategia de expansión. Pocas autocríticas desde el sector empresarial. Por el contrario, las decisiones menos acertadas han sido las relacionadas con la búsqueda y ejecución de alianzas y proyectos conjuntos.
Por último, los directivos consideran que las acciones más importantes a llevar a cabo son mejorar la gestión activa de las tarifas, con el fin de optimizar el ingreso para el nivel de demanda existente; acceder a nuevos mercados emisores, sobre todo en aquellos con potencial de visitantes con un poder adquisitivo superior; reducir el coste de intermediación, aprovechando para ello los recursos que ofrecen las nuevas tecnologías, y que permiten además conocer mejor al cliente; y reducir drásticamente los impagos y el período medio de cobro, que contribuye a agravar la tensión financiera que padecen las cadenas hoteleras.