MADRID.- ¿Crecen o no crecen los viajes de los españoles? Esta es la gran pregunta que se hacen los diferentes actores del sector turístico, ya que buena parte del negocio depende del visitante nacional, que desde 2008 ha venido reduciendo sus viajes como consecuencia de la crisis. Los datos que facilita el Instituto de Estudios Turísticos (IET) en su encuesta Familitur muestran que, en enero, los viajes de los residentes en España crecieron un 12,2% con relación al mismo mes de 2013. Y, además, los viajes de españoles fuera de su país (por motivos vacacionales) han aumentado un 19,1%.
El estudio también avanza los datos de abril, mes influido por la Semana Santa. En este caso, los residentes en España han viajado un 39,3% más que en el mismo mes de 2013. Pero hay que tener en cuenta que el año pasado la Semana Santa se celebró en marzo, por lo que este aumento tan desproporcionado es consecuencia de que en abril de 2013 no hubo fiestas vacacionales. Para poner los datos en su contexto, el IET explica que el número de viajes en el periodo marzo-abril se ha incrementado un 7,4%. Y entre enero y abril de 2014, los españoles han viajado un 7,8% más.
Es decir, que las cifras muestran un cambio de tendencia frente a los años de crisis desde 2008. Si esta evolución se mantiene durante 2014 se unirá al incremento de turistas extranjeros (más de 60 millones), que supone el 50% del negocio turístico español. Ello podría traer consecuencias positivas con la creación de nuevo empleo turístico y el aumento de la rentabilidad de las empresas del sector. Además, se estimulará la economía con un mayor consumo, lo que a su vez generará nuevos puestos de trabajo en empresas del sector servicios, como restaurantes o comercios. Otro indicadores también muestran esta recuperación. Por ejemplo, las noches que los españoles han reservado en hoteles, que han crecido un 2,43% entre enero y abril, lo que avanza un verano más positivo que el de otros años.
Sin embargo, no todo son datos positivos. El nivel de paro en España sigue por encima del 25%, lo que significa que una de cada cuatro personas con posibilidad de trabajar no puede dedicar una parte de su prestación de desempleo a cuestiones de ocio, porque, como es lógico, debe emplearlo en cubrir sus necesidades básicas. Y eso suponiendo que cuente con prestación. Este es el dato más dramático. En el lado del negocio turístico la realidad es que el Gobierno y las comunidades autónomas no están haciendo nada relevante para cambiar un modelo que se basa en el sol y playa y que atrae a un turista que gasta poco en comparación con otros. El nivel de ingresos que los extranjeros dejan en nuestro país ha caído un 30% en los últimos 10 años en términos reales (descontando las subidas de preicos) y todas las políticas apuntan que España perderá (otra vez más) su oportunidad para convertirse en un destino de mayor calidad y con mejores atractivos.