Aunque algunas restricciones a la movilidad de las personas se han relajado en España durante la Navidad, este período no ha servido de consuelo para los hoteleros. En Barcelona, la medida que más ha afectado a su negocio ha sido la prohibición para las reuniones sociales de Navidad y Año Nuevo. “No esperábamos una buena temporada de Navidad, pero las restricciones para la gente que estaba dispuesta a salir han sido el problema básico de los hoteles”, reconoce Manel Casals, presidente de la asociación de hoteles Gremi d’hotels de Barcelona. Por su lado, ninguno de los hoteles de las Islas Canarias ha podido recuperar su temporada alta debido a las restricciones impuestas en Reino Unido, a pesar de la apertura de un corredor turístico con Canarias a finales de 2020. Esta decisión coincidió con el último aliento de las negociaciones del Brexit, que se cerraron el 31 de diciembre, en la fecha límite, y dejó de lado las exigencias de pruebas rápidas en lugar de la PCR para los turistas que llegasen. A ello se sumó la exasperación por la llegada de inmigrantes a las Islas Canarias, algo que no se ha resuelto del todo pero que recibe menos atención mediática.
Este escenario, en el que nadie sabe qué pasará con el turismo tras la Covid, ha llevado a la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) a iniciar 2021 reclamando la ampliación de las ayudas económicas a hoteles aprobadas en el año 2020. Piden especialmente que se mantengan los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para los trabajadores, así como las exenciones y reducciones de algunos impuestos. Una de esas reducciones tiene que ver con el coste fijo de la contratación de energía eléctrica, uno de los gastos más importantes de los hoteleros, junto con los salarios del personal. A ello se añade la solicitud de un bono turístico para activar los viajes nacionales y la exigencia de un pasaporte sanitario digital, una medida muy cuestionada por los científicos y agentes sociales españoles desde la primavera pasada. Por su parte, Manel Casals, del Gremi, pide una regulación europea para unificar los requisitos de viaje.
Otro de los problemas es la financiación del funcionamiento de los hoteles. Jorge Marichal, presidente de CEHAT, recuerda constantemente que los hoteleros tienen que devolver los préstamos concedidos por el Instituto de Crédito Oficial (ICO), una institución financiera pública dependiente del Ministerio de Economía. Muchos hoteleros no podrán devolver estos préstamos ni sus deudas bancarias, ya que no han podido trabajar desde marzo de 2020, por lo que temen tener que cerrar para siempre. Por ejemplo, en Barcelona los hoteles llevan 11 meses sin facturar, ya que comenzaron la agonía en febrero de 2020 con la cancelación del Mobile World Congress. A finales del año pasado, sólo el 24,7% de los hoteles de Barcelona estaban abiertos. Para enero se prevén 13 nuevas aperturas (9 en el primer semestre y 4 en el segundo) y 8 más para febrero en la capital de Cataluña.
Esta situación de falta de actividad y las negativas perspectivas ha llamado la atención de los fondos de inversión para encontrar gangas, aunque todavía no se venden hoteles a precio de saldo. La consultora inmobiliaria CBRE prevé que los movimientos económicos “se acelerarán especialmente a partir del segundo semestre de 2021”. Según sus cifras, la inversión en hostelería de 2020 en el mercado español ha sido de 960 millones de euros, un 61% inferior a la de 2019 (2.500 millones de euros), debido a la crisis sanitaria. Pero consideran que la actividad del último trimestre de 2020 permite mejorar las expectativas para el presente año. La firma de intermediarios JS Brokers está de acuerdo, pues su director, Javier Sánchez, explica que “el mercado tiene dinero pero está esperando que la situación se normalice” por lo que las operaciones se duplicarán o incluso triplicarán. Los hoteles pequeños, medianos y familiares serán los más afectados por el apetito inversor de los fondos, ya que son los que tienen más dificultades para acceder a los créditos.
Diferentes estudios prevén que alrededor del 30% de los hoteles cerrarán en Barcelona (a nivel mundial, el sector hostelero puede perser 500.000 millones de euros). Aunque Manel Casals, presidente del Gremi, reconoce que “si no registramos una reactivación antes de abril o mayo, muchos hoteles no podrán aguantar”, considera que “estamos muy lejos de ese porcentaje” del 30%. “Creemos que la hostelería es un negocio rentable en Barcelona, [que esta] es una crisis circunstancial, no estructural. Dentro de unos 12 meses habremos recuperado cierta normalidad”, sostiene Casals.
En Madrid, la Asociación Empresarial Hotelera (AEHM) confirma que el 70% de los hoteles están cerrados y en los abiertos la media de ocupación es inferior al 15%. Esperan recuperar la normalidad después de la Semana Santa (28 de marzo- 4 de abril). Sin embargo, el Gremi se fija en el verano de 2021 porque “esperamos que para entonces la vacunación haya alcanzado un buen nivel para apoyar el deseo de la gente de pasar las vacaciones”. Por el momento, Casals espera que se mantenga o incluso se amplíen las medidas de apoyo relacionadas con los trabajadores y los impuestos, a la vez que pide una regulación nacional que aborde estos asuntos. Su caballo de batalla es el impuesto inmobiliario (IBI), reducido al 50% en la ciudad de Madrid y sin variaciones en Barcelona, donde, según él, “los hoteles contribuyen a las finanzas públicas con 45 millones de euros al año”. A largo plazo, JS Brokers cree que, aunque la recuperación se inicie en la segunda mitad de 2021, los beneficios y las cifras económicas anteriores a la pandemia no serán posibles hasta finales de 2022 o principios de 2023, como ya vienen señalando diferentes análisis.
Con información de Beatriz de Lucas Luengo.