MADRID.- Aunque los indicadores turísticos españoles se recuperan casi a contracorriente de la tendencia en la economía nacional, el turismo rural no atraviesa sus mejores momentos. Y es que las zonas de turismo interior son las que peor están atravesando esta situación de recuperación, puesto que la llegada de visitantes internacionales (verdaderos recuperadores de la actividad turística) se concentra en las cosas. Así, la caída del volumen de negocio del turismo rural durante la temporada estival ha superado el 10%, según la Asociación de Profesionales de Turismo Rural Autural-Upta.
Esto obligará a numerosos alojamientos al cese de la actividad. En un comunicado, la organización lamenta la “dificultad” de competir en un mercado de crisis económica en el que conviven la oferta legal de 15.500 alojamientos y regulada al amparo de 17 normativas diferentes, junto con la oferta ilegal “a la que nadie pide cuentas y cuyo censo puede suponer otros tantos alojamientos”.
Upta también aclara que las reservas de última hora han aliviado una temporada difícil e irregular, pero las estancias cortas y la demanda de precios muy ajustados, unido a un mayor número de cancelaciones, han mermado el resultado económico. Por este motivo, Francisco Parra, presidente de Autural-Upta, ha reclamado una “regulación del turismo rural a nivel estatal, una clasificación pública de los diferentes tipos de alojamientos”.