Lucha por el poder de la Organización Mundial del Turismo

Zurab Pololikashvili, secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), el organismo de Naciones Unidas encargado de promocionar las ventajas económicas del turismo como forma de desarrollo, ha sido acusado de prácticas no éticas en su mandato. La imputación ha sido formalizada por Taleb Rifai, el predecesor de Pololikashvili en la dirección de la OMT.

El próximo 18 de enero tendrá lugar la reunión del Consejo Ejecutivo de la OMT en el Hotel Riu Plaza de Madrid. Entre otras cuestiones, en este evento Pololikashvili propondrá que se vote al nuevo secretario general de la OMT para el periodo 2022-2025. En la lista de candidatos sólo están él y Shaikha Mai Bint Mohammed Al-Khalifa, presidenta de la Autoridad de Cultura y Antigüedades del Reino de Bahrein, un pequeño país compuesto por varias islas en el Golfo Pérsico, al norte de Qatar.

Las críticas de Rifai a Pololikashvili se han realizado a través de la World Tourism Network (WTN), una asociación de reciente creación en la que se agrupan pequeñas y medianas empresas turísticas, oficinas de turismo de diferentes países y personalidades del sector, fundamentalmente del continente africano. Además, Rifai también ha concedido una entrevista al medio Skift en la que se ha despachado a gusto contra Pololikashvili.

En el comunicado de WTN se afirma que Pololikashvili, secretario general de la OMT desde 2018, “ha contribuido a hacer irrelevante” a la organización como actor mundial del turismo. Para los denunciantes, la explicación estaría en su falta de conocimiento de la industria y de liderazgo. Además, se acusa a Pololikashvili de haber instaurado un clima de miedo y servilismo en la OMT que ha apartado a los mejores trabajadores del organismo internacional. El comunicado es especialmente duro en los supuestos comportamientos no éticos que se achacan a Pololikashvili, como usar la OMT para sus propios fines, entre ellos adelantar la reunión del Consejo Ejecutivo para el próximo 18 de enero y conseguir su reelección al frente del organismo. A ello se sumaría, según sus críticos, los específicos viajes que Pololikashvili ha realizado a los países que integran el Comité Ejecutivo para, presuntamente, recabar votos.

Fuentes conocedoras del funcionamiento interno de la OMT han explicado a Revista80dias que todas estas acusaciones son “opiniones” y que no enumeran hechos concretos de los presuntos comportamientos no éticos de Zurab Pololikashvili, el actual secretario general de la organización. Estas fuentes han manifestado que la convocatoria del Consejo Ejecutivo del 18 de enero se realizó siguiendo el reglamento de la OMT y que la fecha fue propuesta por España, el país anfitrión de la reunión, para que coincidiese con la celebración de la feria Fitur en Madrid. Esta feria turística ha sido pospuesta por el Gobierno español hasta mayo por la epidemia de coronavirus SARS-Cov-2. Las mismas fuentes indican que esta concidiencia de fechas no era una condición necesaria para celebrar el Consejo y por este motivo no se ha retrasado la reunión de la OMT. Para estas fuentes, tras la WTN se encuentran un conjunto de personas que “perdieron su candidatura contra el actual secretario general”, así como el medio eTurboNews, con el que la OMT ya tuvo problemas en el pasado y, según estas fuentes, tuvo que retractarse de diversas informaciones. Asimismo, estos informantes también aclaran que Pololikashvili es consciente de “que construye sobre el [legado] pasado” que dejaron los anteriores secretarios generales, entre ellos Rifai, su actual crítico.

La OMT está formada por unos 159 países y unas 500 empresas privadas y otros actores del mundo turístico. Cada uno paga una cuota de afiliación. Pero el Comité Ejecutivo sólo lo componen 35 miembros, quienes eligen al candidato a secretario general, que se propone a la Asamblea de miembros para que sea votado y proclamado. Es decir, es la Asamblea General quien elige definitivamente al secretario general, pero la propuesta de quién debe serlo la realiza el Comité, que vota entre las candidaturas que haya en su momento. La última reunión del Consejo tuvo lugar en septiembre de 2020, en Tiflis, Georgia, el país de origen de Pololikashvili. En esta ocasión, a la elección como secretario general, junto al georgiano, se presentará Shaikha Mai Bint Mohammed Al-Khalifa. Es la primera mujer que se postula a este cargo en la OMT.

En su comunicado crítico, la asociación WTN apoya la candidatura de Shaikha Mai Bint e indica que podría renovar la ética de la OMT y que es la candidata ideal por sus conocimientos sobre cultura y turismo. Sin embargo, este apoyo y la crítica a Pololikashvili parecen encerrar una guerra subterránea por el control de la OMT y la ética sólo es una excusa. Shaikha Mai Bint Mohammed Al-Khalifa ocupa un cargo público en Baréin, un reino cuya ley básica es la sharía, un texto normativo musulmán poco amable con las mujeres y con una ética muy alejada de los valores occidentales. Además, en 2011, cuando surgieron las “primaveras árabes” en diferentes países del Norte de África y en estados del Golfo Pérsico, Baréin aplastó de forma violenta a los manifestantes pro Derechos Humanos y reformistas. La mayoría de ellos eran de confesión islámica chií, la predominante entre la población de Bahreín, frente a la élite suní, que ocupa los puestos de poder. Tampoco hay que perder de vista que Shaikha Mai Bint Mohammed Al-Khalifa es familiar de Su Alteza Real el Príncipe Khalifa bin Salman Al Khalifa, primer ministro del país. De hecho, la familia Al Khalifa es la que se reparte los puestos de gobierno en el emirato pérsico.

La pelea por el control de la OMT vuelve a poner en el foco a esta institución, la única de Naciones Unidas con sede en Madrid. La Organización Mundial del Turismo ha sido polémica en el pasado por su política de contrataciones (por ejemplo, la de la ex alcaldesa de Madrid Ana Botella, mujer del ex presidente de Gobierno José María Aznar, en el mandato de Taleb Rifai) y por su falta de transparencia.

Nota: esta información se ha actualizado para incluir las manifestaciones de las fuentes conocedoras del funcionamiento de la OMT.

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