Un estudio realizado por la UIB (Universidad de las Islas Baleares) en colaboración con otras universidades, la fobia a volar afecta a un 10% de la población, mientras que un 18€ presenta algunos sólo algunos síntomas de ansiedad. Este miedo afecta especialmente a las personas que tienen entre 25 y 30 años y puede constituir una suma de otros temores, como la acrofobia, la claustrofobia y el pánico a sufrir un accidente.
Según varios estudios, entre ellos uno realizado por la Universidad de Greenwich y supervisado por las Autoridades de aviación civil de Gran Bretaña, sobre 105 accidentes con más de 2.000 supervivientes, las conclusiones arrojan una respuesta, cuanto menos alentadora para todos aquellos cuyo miedo a volar les impide disfrutar de este medio de transporte.
Al parecer entre las personas que siente aversión a volar en avión, una de las preguntas más comunes es la de cuál es el asiento más seguro. Pues la respuesta es muy sencilla. Los asientos más seguros son también los más incómodos, aquellos en los que no puedes tener a mano ni un botón: los de la fila de salidas de emergencia. No todo iban a ser desventajas. Los asientos de la fila de emergencia y las dos filas que los rodean, la de delante y la de detrás.
Entre la segunda y la quinta fila alrededor de la salida de emergencia, las posibilidades disminuyen un poco, pero siguen siendo altas, especialmente en caso de fuego. La parte delantera del avión es también un punto de alta seguridad, con respecto a la parte trasera. Al frente del todo, las posibilidades es escapar con vida son de un 65%, en el caso de incendio, mientras que en la parte trasera del aparato, son sólo del 53%.
Por su parte, los asientos de pasillo son también más seguros que los de ventanilla o los intermedios, con un 64% frente a un 58%. Y para los más aprensivos, los asientos definitivamente más peligrosos a la hora de un accidente, son los que están a partir de la sexta fila desde la salida emergencia.
En cualquier caso, lo que es seguro es que las normas de seguridad internacional del aire, observan que los aviones deben realizar una prueba de evaluación para asegurara que cualquier persona que viaje a bordo, pueda abandonar el aparato en menos de 90 segundos. Sin embargo, estos datos no se muestran del todo válidos, puesto que se presume que los pasajeros viajan solos y no tienen relación con el resto del pasaje lo cual no es siempre cierto. El análisis concluye que el comportamiento en emergencias reales, muchos de los pasajeros se retrasan en su escapada al intentar ayudar a familiares y amigos.