MADRID.- No corren buenos tiempos para la imagen de España. Un estudio de la consultora Brand Finance sostiene que la denominada “marca España”, el conjunto de activos que dan la imagen exterior del país, se sitúa entre las diez del mundo que más valor pierden, con una caída del 20%, al pasar de 908.000 millones de dólares (661.839 millones de euros) en 2012 a 725.000 millones de dólares (528.394 millones de euros) en 2013.
En la lista de caídas, junto a España, que baja cinco puestos (del 13 al 18), se sitúan otros países como Marruecos, Bosnia Herzegovina o Chipre, entre otros. Además, la marca España no aparece en ninguna de las cuatro clasificaciones que realiza Brand Finance tomando como punto de partida inversiones, turismo, productos y servicios y talento de los habitantes del país.
España, que es una potencia en cuanto a la recepción de turistas extranjeros (cuarto país del mundo) y de ingresos por turismo (tercer país del mundo), se queda al margen del ‘top ten’ en el ranking sobre turismo, donde sí aparecen Tailandia, Malasia, Austria, Nueva Zelanda, Suiza, Singapur, Estonia, Portugal, Emiratos Árabes Unidos y Australia.
En cuanto a la clasificación general, los primeros puestos los ocupan EEUU, con un valor de marca país de 17,9 billones de dólares, y un crecimiento del 23% respecto al año pasado, y China, con 6,9 billones de dólares, y un aumento del 26% con respecto a 2012. Por debajo de ellos se encuentran Alemania (4 billones de dólares), Reino Unido (2,3 billones), Japón (2,2 billones), Francia (1,9 billones), Canadá (1,8 billones), Brasil (1,4 billones), India (1,3 billones) y Australia (1,2 billones).
Por su lado, entre los países que mejoran su marca en 2013 se encuentran, por orden, Malasia, Sri Lanka, Tailandia, Turquía, Singapur, Bangladesh, Kazajistán, Filipinas, Perú y Nueva Zelanda.
Para elaborar la clasificación, Brand Finance se basa en diversos indicadores con los que calcula el valor de la marca de un país como si fuese una empresa. Entre estos indicadores se encuentran las inversiones que se realizan en el país y la capacidad que este tiene de atraer inversores extranjeros, el turismo doméstico y el que viene de fuera, los productos y servicios que se crean y se exportan, y la calidad de la formación en las personas que trabajan dentro del país y su capacidad de atracción de talento. Junto a ello se tienen en cuenta previsiones de crecimiento de organismos internacionales, estadísticas del propio país, etcétera.