Ha fallecido el arquitecto brasileño Óscar Niemeyer a los 104 años de edad (Río de Janeiro, 1907-2012). No vamos a escribir aquí un obituario sobre este genial artista, ya que las publicaciones especializadas y los medios generalistas (por ejemplo El País) se han ocupado de ello mucho mejor.
Sin embargo, sí queremos recordar que Niemeyer dejó en España su huella. Primero en 1989, cuando se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Y después con el diseño del Centro Cultural Internacional de Avilés, al que dotó de sus curvas y espacios, y que lleva su nombre. Lamentablemente, el Centro Niemeyer no está en pleno funcionamiento debido a la mala gestión, el despilfarro y, como no, la política.
Este medio tuvo oportunidad de asistir a las obras de finalización del Centro Niemeyer de Avilés en octubre de 2010 (como muestra la fotografía), cuando faltaban pocos meses para su inauguración. Entonces ya se vislumbraba la sala de exposiciones de 4.000 metros cuadrados o su auditorio de 21 metros de altura. Este último elemento era especial, porque una pared móvil permitía abrir el escenario a la gran plaza que se situaba frente al complejo para que las personas del exterior pudiesen ver las representaciones, ampliándose el aforo del auditorio.
Todo esto duró escasamente un año, hasta que el recrudecimiento de la crisis y el cambio de Gobierno en el Principado de Asturias (con Foro de Asturias) destaparon la deficiente gestión económica del Centro Niemeyer. Después, el silencio y la nada.
Es desgraciado que una obra de esta envergadura, por su belleza y por su creador, se quede en nada. Avilés ganaba como centro turístico y artístico de Asturias y de España. Y, además, alrededor del complejo se debía construir un área empresarial donde la innovación tecnológica sería la clave. Todo ha quedado en promesas.
En cualquier caso, a poco que se viaje, encontrarse con el alma de Niemeyer no es difícil. Este medio también ha disfrutado de ciudades como Río de Janeiro o Sao Paulo, donde la huella del arquitecto es más visible. Por ello, los edificios de Óscar Niemeyer, como el Museo de Arte Contemporaneo de Niterói (Brasil) están esperando al viajero para que se deleite con sus formas.