FONT-ROMEU (FRANCIA).- No está siendo una temporada fácil para las estaciones de esquí en España ni muy cerca de nuestras fronteras, en la vecina Francia. El problema no es sólo que la propia estación pueda perder dinero, con la consiguiente pérdida de empleo, sino que esto también afecta a la comarca del dominio esquiable. Los datos ofrecidos por ATUDEM, la asociación de esquí española, cifran en 7.000 puestos de trabajo los que se crean en las estaciones y en 50.000 empleos los indirectos (en hoteles de montaña y restaurantes).
Pero aunque no nieve, las estaciones de esquí están preparadas para que los amantes de este deporte puedan practicarlo. Es el caso de Font-Romeu/Pyrénées 2000, en el pirineo francés y muy cerca de España, a unas dos horas en coche desde Barcelona, que cuenta con una completa red de cañones para generar nieve artificial. En total, 613 cañones se encargan de llenar de nieve las pistas del dominio de Font-Romeu/Pyrénées 2000 cuando las nubes no quieren dejar su regalo en la montaña. Jacques Alvares, responsable de Altiservice, empresa que explota el dominio, explica que en las temporadas secas como esta, el coste para la compañía de generar nieve artificial para las pistas es de 1 millón de euros.
Pero, ¿de dónde sale la nieve artificial? Muchas personas piensan que se usan productos químicos para generarla. Alvares lo niega rotundamente y revela el secreto: “simplemente con agua y aire a presión se forman los cristales de nieve”. No se usa nada más. Los cañones están conectados a una canalización de 30 kilómetros que suministra agua desde unos lagos cercanos y aire desde los compresores con los que cuenta la propia estación. No siempre se puede generar la nieve, ya que se deben dar las condiciones meteorológicas adecuadas, con poca humedad en el ambiente.
La generación de la nieve es espectacular, pero más interesante resulta saber que se controlan todos los extremos de la misma. Cada cañón tiene incorporado un modem que envía datos como la temperatura ambiente, la humedad, la dirección del viento, etcétera a un conjunto de centros de supervisión. En los mismos, los técnicos (cuatro por cada centro) lo saben todo antes de proceder cada noche a la generación de nieve. Jacques Alvares refiere que el metro cúbico de nieve artificial tiene un coste total de 0,8 euros. En cada hora, un cañón puede generar hasta 30 metros cúbicos, por lo que un cañón que produzca nieve durante ocho horas (siempre de noche) generará un coste de 192 euros.
La estación de Font-Romeu/Pyrénées 2000 permite practicar variedad de deportes invernales: esquí alpino, de fondo, snowboard o sendas con raquetas, entre otros. Para que la misma esté preparada, 180 personas trabajan en el mantenimiento constante de las instalaciones. Con Alvares, descendiente de españoles, visitamos uno de los centros de conservación en el que se encuentran las máquinas para tratar la nieve. Cada noche, después de la innivación artificial, si ha sido necesaria, estos vehículos pasan por las pistas removiendo la nieve para airearla y evitar el apelmazamiento y su congelación. Además, en la parte posterior de las máquinas se encuentra una tela que crea un dibujo especial en la nieve para mejorar el deslizamiento de los esquiadores. Y es que las pistas de esquí son casi como un ser vivo que necesita de constates cuidados para su buen aprovechamiento.