MADRID.- Paradores de Turismo no acaba de ser rentable. La empresa pública de alojamientos espera perder 6,8 millones de euros en 2015, según las cuentas incluidas en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el próximo ejercicio. Con todo, las pérdidas serán un 21,98% menores que las que tendrá este año, de 8,72 millones de euros. Los resultados de Paradores, la única empresa turística controlada al 100% por el Estado español y en competencia directa con otras compañías de alojamiento privadas, han mejorado desde que el Gobierno del presidente Mariano Rajoy (Partido Popular) llegase al poder a finales de 2011. Sin embargo, los gestores de la empresa, que dispone de 94 establecimientos por toda España, no han logrado sacarla de los números rojos, a pesar de las reducciones de costes y de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) que han llevado a cabo, avalados recientemente por el Tribunal Supremo. En los mismos salieron de la cadena 350 trabajadores, se suspendión temporalmente el empleo para otros 246 empleados y se redujo la jornada a otros 400.
La cadena de hoteles públicos, que se sitúan en edificios históricos en su mayor parte, ingresará 212,05 millones de euros en 2015, un 2,2% más, pero la previsión de gastos ascenderá a 218,69 millones de euros. Y a estos se sumarán unos gastos financieros, consecuencia de la devolución de préstamos, de 3,86 millones de euros. Uno de los problemas que lastra las cuentas de Paradores es su excesiva dependencia del turista español, que no ha recuperado los niveles de gasto turístico hasta 2014. Según datos de la propia cadena, entre julio y agosto ha vendido un 4% más de habitaciones que el año pasado (hasta 260.426), de las que el 65% fueron disfrutadas por turistas nacionales y el 35% restante, por extranjeros. Con esta proporción, cuando el turismo nacional falla, la cuenta de resultados de Paradores se resiente.
Paradores ha centrado su oferta en un cliente con un poder adquisitivo medio-alto, con precio medio por persona que en muchos casos supera los 100 euros, aunque en los últimos años ha puesto en marcha promociones para reducir sus tarifas en momentos puntuales y para colectivos determinados, como los jóvenes. Además, la cadena ha basado su imagen, y ha justificado sus precios, en una gastronomía elaborada y de vanguardia. La cuestión es que muchos turistas estarían dispuestos a pernoctar en un Parador con unas tarifas más asequibles y renunciando a exquisiteces culinarias.
Aunque la cadena está a un paso de la rentabilidad, con un crecimiento del 8,5% en los ingresos entre enero y agosto y un aumento del RevPAR (la facturación por habitación disponible) un 8% mayor que hace un año, tiene delante de sí el reto de atraer al turista extranjero con mayor poder adquisitivo e interesado por los aspectos culturales de España. Los resultados varían en cada Parador y los hay con mayor rentabilidad que otros, por ejemplo, los situados en zonas de costa. España tiene un producto privilegiado con los Paradores de Turismo que no ha sido explotado convenientemente en el exterior.
Ángeles Alarcó, la consejera delegada de Paradores, que antes pasó por la dirección general de Turismo de la Comunidad de Madrid, ha explicado que la cadena se encuentra en mejor situación que cuando ella desembarcó en la misma en 2011. Y no le falta razón, según datos del Gobierno, la empresa de alojamientos públicos llegó a tener un déficit de caja de 100 millones de euros, lo que obligó al Ejecutivo a inyectar fondos por valor e más de 80 millones para pagar nóminas y gastos corrientes. Las pérdidas en 2012 llegaron a los 30 millones de euros. Alarcó ha sido la responsable de llevar adelante los planes de recortes de gastos y el ERE que ha reducido el pago de nóminas y ahora se enfrenta, en el último año de legislatura de Rajoy, a la consolidación del negocio de la cadena. Cuestión más discutible son las afirmaciones que ha realizado Alarcó sobre que los Paradores son “clave para el desarrollo del turismo interior”. La cadena no aporta datos de pernoctaciones vendidas durante todo el año, pero en este segmento las casas rurales, los campings y las viviendas de familiares se llevan todo el protagonismo.