MADRID.- El Ayuntamiento de Roma ha prohibido comer en las calles del centro histórico de la capital italiana, según un decreto que establece multas de 25 a 500 euros para quienes violen la normativa. La justificación de la misma es que se busca proteger los lugares de interés histórico, artístico o arquitectónico de la polución turística.
El decreto estará vigente hasta al 31 de diciembre y ha sido publicado el miércoles en la web del ayuntamiento. En el mismo se prohíbe pararse a comer, beber o cualquier forma de acampada “en zonas de particular interés histórico, artístico y arquitectónico” del centro romano.
Según la norma, estas restricciones son necesarias porque en las principales atracciones turísticas de la ciudad no se respetan “las normas más elementales de decoro urbano” y los visitantes derraman bebida o tiran comida en las plazas, escaleras o fuentes históricas.