MADRID.- Un tren Alvia de la compañía estatal española Renfe ha descarrilado cerca de la estación de Santiago de Compostela, en la parroquia de Angrois, aledaña a la capital. Como consecuencia del hecho, 78 personas han muerto y 168 han resultado heridas, del total de 218 pasajeros (más tripulación) que viajaban en el convoy (Cobertura en El País | Cobertura en El Mundo). El tren cubría la ruta Madrid-Ferrol y se trataba de un servicio de alta velocidad. El siniestro se ha producido a las 20.42 horas del 24 de julio y las autoridades se están centrando en la teoría de un exceso de velocidad.
Las imágenes del accidente muestran que el convoy se ha salido de la vía en una curva donde la velocidad está limitada a 80 km/h. Las fuentes oficiales apuntan a que el tren, que partió a las 15 horas de la estación de Chamartín (Madrid), viajaba en este punto a 220 km/h. Los dos conductores han sobrevivido al accidente y su versión, junto con los datos de la caja negra del tren, será determinante para esclarecer los hechos.
La misma vía será usada por el servicio AVE que una Madrid y A Coruña. De momento, los trenes Alvia son los que circulan por ella. Se trata de servicios de alta velocidad, pero con mayor número de paradas que el AVE tradicional, y de tipo híbrido, ya que estos trenes pueden usar las vías de alta velocidad y las de ancho ibérico (las dos tienen diferentes medidas).
Renfe ha habilitado los siguientes teléfonos para los afectados y familiares de víctimas y heridos: 900.101.660, 900.444.222 y 981.551.100.
Hipótesis
De momento sólo se baraja la hipótesis de un exceso de velocidad, aunque la policía y el Gobierno trabajan con todas las posibilidades. En cualquier caso, si el siniestro hubiese sido provocado por un atentado, lo más probable es que el mismo ya hubiese sido reivindicado, cosa que no ha ocurrido. En las últimas horas también se está valorando la opción de un sabotaje.
Parece más plausible la teoría de un exceso de velocidad, que deberá confirmar la investigación que ya ha abierto Adif, la empresa que gestiona las infraestructuras ferroviarias, y Renfe. El diario El País ha reconstruido la hipotética conversación que uno de los maquinistas del tren mantuvo por radio con la estación de Santiago. Según la misma, el conductor habría reconocido que al entrar en la curva el convoy circulaba a 190 km/h, cuando lo estipulado en la misma es la circulación a 80 km/h. La investigación también deberá determinar si este exceso ha sido consecuencia de un fallo humano del conductor o de un fallo técnico.
La curva en la que ha tenido lugar el siniestro es muy cerrada y la dificultad que presenta es que los convoyes vienen desde Ourense en un trazado casi recto de 80 kilómetros a alta velocidad. Por ello, antes de entrar en la misma, el tren debe reducir su velocidad. Las líneas férreas cuentan con sistemas de gestión de la circulación. En este caso, la línea no está integrada en el sistema ERTMS (European Rail Traffic Management System), que reduce la velocidad de los trenes de forma programada en función de las señales. Según informan diversos medios, en el tramo del accidente, el sistema instalado es el ASFA (Anuncio de Señales y Frenado Automático), que funciona mediante balizas y sólo en los lugares en que las mismas se encuentran situadas.
1 comment
Comments are closed.
Add Comment