MADRID.- Rafael Sánchez-Lozano, consejero delegado de Iberia, ha renunciado a su cargo al frente de la aerolínea española y como miembro del consejo de administración de IAG, el holding en el que se agrupan Iberia y British Airways tras su fusión, con “efecto inmediato”, según una nota remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Luis Gallego, actual consejero delegado de Iberia Express, la filial de corto y medio radio de la aerolínea, ocupará su puesto como nuevo consejero delegado de la compañía y miembro del consejo de administración de IAG.
La nefasta gestión de la crisis de Iberia, con un plan de reestructuración que supondrá el despido de más de 3.000 personas y varias semanas de huelgas hasta conseguir una mediación, han acabado con la carrera de Sánchez-Lozano en la aerolínea española, cuya imagen había terminado muy quemada tras este proceso. En la nota se indica que la renuncia es de “mutuo acuerdo”, lo que hace pensar que desde la dirección de IAG han existido presiones para que se dé este cambio en la cúpula de Iberia. En el comunicado, Sánchez-Lozano explica que está “muy orgulloso de haber liderado Iberia durante tres años” y añade que “tras alcanzar el acuerdo con el mediador y la mayoría de los sindicatos, logramos un hito importante en el proceso de reestructuración de la compañía”.
El consejero delegado de IAG, Willie Walsh, agradece a Sánchez-Lozano su “importante trabajo y compromiso con Iberia” y asegura que el dimitido consejero delegado “ha liderado la aerolínea durante un periodo muy difícil en medio de una profunda recesión y ha puesto en marcha el primer paso importante hacia la recuperación de la rentabilidad de Iberia”. Asiismo, Walsh destaca que Gallego tiene “una vasta experiencia en diversas aerolíneas internacionales” y ha subrayado “su papel decisivo” como consejero delegado al frente de Iberia Express en la creación de una línea aérea que después de un año es “un gran éxito”. “La compañía es rentable, puntual, goza de popularidad entre sus clientes y ha creado 500 puestos de trabajo muy necesarios en España”, explica Walsh.
Reestructuración y huelgas
En noviembre de 2012, Iberia anunció un plan de reestructuración por el que perderían su empleo 4.500 de los 20.000 trabajadores de la compañía, a la vez que se abandonarían ciertas rutas que no eran rentables. Se inició un proceso de negociación con los sindicatos, que no llegó a buen puerto y dio lugar a varias jornadas de huelga. Mientras tanto, Sánchez-Lozano y los representantes sindicales se enzarzaban en una guerra propagandística en radios, televisiones y periódicos.
Los sindicatos y trabajadores de Iberia no estaban dispuestos a aceptar este número de despidos y tras jornadas de paros que acabaron con huelgas semanales de 24 horas, el Gobierno forzó una mediación que dió resultado. Gregorio Tudela, catedrático de Derecho del Trabajo, pergeñó un acuerdo por el que perderían su empleo 3.141 personas, pero dentro del ERE en vigor que mantiene Iberia desde 2001, con mayores indemnizaciones que las fijadas por la reforma laboral del Gobierno del PP y con prejubilaciones en muchos casos. Los sindicatos mayoritarios aceptaron y es previsible que el Sepla, central sindical de los pilotos, también pase por el aro. No sería raro que el sacrifio de Rafael Sánchez-Lozano sirva para que Sepla, el sindicato más poderoso dentro de la aerolínea, se apacigüe y firme el acuerdo.
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