Renfe aprovecha su monopolio para afinar el negocio frente a la competencia

Viajeros de Renfe | Foto: Renfe

MADRID.- Con la ayuda que proporciona formar parte de un monopolio gestionado por el Estado, el tren de alta velocidad español ha cosechado muy buenos resultados en 2013, con 2,83 millones de nuevos viajeros con respecto al ejercicio anterior. En total, el AVE español ha transportado 14,9 millones de clientes en 2013. Este incremento se debe a la política que puso en marcha Renfe (pero con directrices desde el Ministerio de Fomento que dirige Ana Pastor) de rebajar los precios de sus billetes un 11% y sumar descuentos adicionales a los que ya tenía entonces.

El servicio de alta velocidad es gestionado por Renfe, la empresa pública de ferrocarriles, aunque no cuenta con subvención del Estado español, a diferencia de los servicios de Media Distancia (trenes regionales), que se ha visto muy reducido por la crisis, y Cercanías, los trenes que circulan en los núcleos de población con más habitantes. A pesar de no recibir dinero público, la alta velocidad cuenta con un ventaja fundamental: su funcionamiento como monopolio del Estado. El Gobierno del presidente Mariano Rajoy (Partido Popular) aprobó en el verano de 2013 la liberalización del transporte de pasajeros, que debería entrar en funcionamiento este año. A pesar de ello, hasta el momento se sabe poco de las empresas interesadas en entrar en este negocio.

Ninguno de los anteriores gobiernos españoles hizo un esfuerzo por liberalizar el transporte en alta velocidad, a pesar de que la Unión Europea aprobó una norma para que este tipo de transporte se liberalizase en toda Europa. Por eso, las autoridades europeas llegaron a advertir a España con la apertura de un expediente sancionador por su inactividad. Momento en el que Ana Pastor, ministra de Fomento, se puso manos a la obra para enviar al Consejo de Ministros la legislación que abriese este mercado. En cualquier caso, durante el proceso, Renfe no ha perdido el tiempo y ha usado su ventaja para mejorar su gestión de la alta velocidad, aprovechando que no tiene ningún tipo de competencia. Ha bajado precios de los billetes, ha habilitado nuevos descuentos que hace más atractivo viajar en AVE y ha lanzado nuevos productos (ahora anuncia un billete en coches silenciosos, vagones donde no habrá megafonía, ni se podrá usar el móvil).

Hay expectación por saber cómo se producirá la entrada de nuevos actores en el mercado del transporte en alta velocidad. De momento, el Ministerio de Fomento concederá licencia para operar en este mercado a Alsa, compañía especializada en el tranporte de viajeros por carretera, y al Grupo Planeta, controlado por José Manuel Lara y uno de los mayores grupos editoriales en el mundo hispánico, que realiza inversiones en otros negocios. Fomento también ha cambiado la ley para fijar nuevos cánones por el uso de estaciones y vías férreas, y ha creado una Agencia de Seguridad Ferroviaria, a imitación de la que existe en el sector aéreo. Antes de que llegue la Semana Santa se espera la norma que abra definitivamente el mercado de viajeros por tren, fijando las condiciones en que pueden operar las empresas interesadas. Con ello, Alsa y Planeta podrán hacer sus previsiones de negocio y podrían verse los primeros trenes de compañías diferentes a Renfe circulando en 2015 por España.

Los principales beneficiados de la apertura del mercado serán los viajeros, ya que disfrutarán de una variedad de opciones para elegir y de precios más competitivos en los viajes. Sin embargo, la liberalización del transporte de viajeros por tren dejará algunos cadáveres por el camino. El primero ya se conoce: los vuelos entre ciudades que cubre el AVE. No es un secreto que las frecuencias de vuelos entre Madrid y Barcelona o Valencia se han reducido, ya que las ocupaciones de los mismos han caído en picado. El AVE, aunque supone un tiempo de viaje mayor, es mucho más cómodo, puesto que no hay que atravesar farragosos controles de seguridad ni encontrarse en la estación horas antes de la salida del tren. Además, los precios suelen ser más baratos si se reserva con tiempo.

El otro aspecto negativo que puede tener la liberalización del sector es el personal que trabaja en Renfe. La empresa pública tendrá que reducir su nómina de trabajadores para poder ser competitiva con el resto de compañías. Otra posibilidad será la reducción de salarios. La pauta la marcarán la snuevas empresas que entren en el negocio, ya que la firma pública tendrá que ajustar sus costes a las mismas. Renfe ha realizado un Expediente de Regulación de Empleo voluntario entre trabajdores, que ha sido bien recibido, ya que ha completado casi el 100% de las 500 bajas que tenia por objetivo. Sin duda, vendrán tiempos más movidos en la compañía pública de ferrocarriles.

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