Restaurantes y reparto de comida a domicilio

Rider de Deliveroo | Foto: Deliveroo

El uso del móvil ha transformado el comportamiento de las personas y la evolución de los negocios en los últimos diez años. Y también lo está haciendo con los restaurantes y la distribución de comida (tendencias en la hostelería del futuro). Desde 2016 se han invertido casi 20.000 millones de dólares (17.669 millones de euros) en nuevas empresas de reparto de comida a través del smartphone (móviles inteligentes), como Deliveroo, según los datos de Pitchbook, una web dedicada a registrar las inversiones de diferentes sectores económicos. Sólo entre enero y marzo de 2019 se han insuflado 2.000 millones de dólares en este tipo de compañías.

Detrás de estas cantidades millonarias se encuentran empresas que no están especializadas en la restauración, pero que usan estas startups como plataforma para rentabilizar su dinero. Sólo en 2018 se invirtieron más de 8.000 millones de dólares en compañías tecnológicas especializadas en restauración. Es la cifra más alta de los últimos diez años, con 138 operaciones empresariales cerradas. Para hacerse una idea, en 2009 la inversión alcanzó los 75 millones de dólares en 19 rondas, cien veces menos. ¿Cuál es la clave de este crecimiento? En 2009, los teléfonos móviles inteligentes aún no estaban tan implantados en todo el mundo como ahora, con una omnipresencia absoluta.

Aunque en Europa los nombres que suenan son Deliveroo o Uber Eats, las grandes operaciones se están cerrando en los mercados asiáticos (¿cuáles son las empresas que revolucionan los viajes en Asia?). No es de extrañar, ya que se trata de un mercado potencial de más de 500 millones de consumidores. Las empresas chinas Meituan-Dianping y Ele.me son las que mayor inversión ha conseguido en el último ejercicio.

Detrás de Meituan-Dianping se encuentra Tencent, el gigante chino de servicios en Internet. En la última ronda de financiación, Meituan-Dianping ingresó 4.000 millones de dólares. Su competidor más inmediato en China es Ele.me, tras la que se esconde Alibaba, grupo propiedad de Jack Ma, especializado en la venta de todo tipo de productos a través de Internet. Estas dos empresas (como las del sector de transporte, tipo Uber) no están cobrando a sus usuarios el precio real por la distribución de comida. Es decir, con el fin de captar el mayor número de clientes, Meituan-Dianping y Ele.me asumen una parte del coste de distribución para que sus tarifas sean atractivas.

El objetivo final de estas grandes empresas no es repartir comida, sino contar con millones de usuarios que accederán a otros servicios, como pagos a través de Internet, reservas hoteleras, etcétera. Este es el otro cambio que se está produciendo en el negocio de las empresas tecnológicas que venden servicios por Internet. En vez de centrar su negocio en una especialización (distribuir comida, vender ropa o comercializar vuelos) lo que intentan es prestar una multitud de servicios que se complementan. Y el principal es la gestión de pagos por el móvil. Esta corriente está viniendo con fuerza desde Asia y lo importante, más que el servicio prestado, es contar con una gran base de usuarios.

En el resto del mundo, empresas como Swiggy (India), Delivery Hero (Alemania) o Deliveroo (Reino Unido) también han acaparado inversiones que les han llevado a estar valoradas en más de 1.000 millones de dólares. Las últimas han sido DoorDash (que ha conseguido financiación por 400 millones de dólares en febrero) y Postmates (la última ronda fue de 100 millones de dólares).

Tras las grandes cifras se esconden cambios en los modelos de negocio que afectan a las personas. Los restaurantes ahora deben competir en un ecosistema con millones de potenciales clientes que prefieren comer en su casa a hacerlo en su local. Y ello incide directamente en el número de empleos que se crean (y crearán) en los restaurantes. Un estudio de Capital Economics sostiene que en 2020 Deliveroo habrá contribuido a crear 70.000 empleos en restaurantes del Reino Unido. Por su lado, los repartidores de comida se enfrentan a desafíos como el reconocimiento de su relación laboral con estas plataformas y la seguridad en los repartos.

A principios de abril, el colectivo de repartidores de comida a domicilio fue incluido en el Acuerdo Laboral Estatal de Hostelería de España. Esto significa que los denominados riders son reconocidos como personal laboral del sector de la hostelería, y no trabajadores autónomos, como sucedía hasta ahora. Queda el siguiente paso: que sus condiciones laborales (salario, tiempos de trabajo, etcétera) se regulen por el convenio de cada sector y que las plataformas les reconozcan como empleados. Hace pocos días tuvo lugar en Madrid la vista de un juicio en el que se decidirá si Deliveroo debe contratar a más de 500 riders como personal laboral. Mientras esto ocurre, los millones siguen volando a las empresas de distribución de comida. Y cambiando los modelos de negocio y la vida de las personas.

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