Dos años después del accidente del vuelo JKK5022 de Spanair en el Aeropuerto de Madrid-Barajas, aún no se conocen las causas exactas del mismo. Este hecho habla muy mal de las autoridades judiciales que tienen abierta la investigación para depurar responsabilidades criminales y de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), que s encarga de la parte técnica.
Hace dos días, la CIAIAC publicó un informe de evolución sobre la investigación en el que no se aportan datos nuevos y se sigue apuntando a un error humano como causa del accidente en el que perecieron 154 personas, familias incluidas. La situación actual es totalmente irrespetuosa con los supervivientes del suceso y con los familiares de los fallecidos, que en el segundo aniversario aún no tienen respuesta a sus preguntas. Desde aquí queremos mostrarles nuestro máximo apoyo.
Y es que, tras dos años de instrucción por un juzgado madrileño, sólo se encuentra imputado en el caso el técnico que despachó el avión después de “arreglar” la avería que provocaba el relé que controlaba el sistema de avisos y la sonda de temperatura. Al desconectar el mecanismo por el que se informaba a los pilotos sobre si el aparato estaba en correctas condiciones para despegar, estos no pudieron darse cuenta de que los flaps y slats no estaban en la posición adecuada. Despegaron y el avión no logró sustentarse, provocándose la caída. Esta es la principal hipótesis de la investigación.
Es necesaria una respuesta concluyente sobre lo que pasó y que se depuren las responsabilidades penales que puedan existir. ¿Por qué despegó un avión que no dejaba de dar problemas? Por qué esos problemas, que venían de días anteriores, no habían provocado que el avión pasase a inspección inmediatamente? ¿Presionó algún responsable de Spanair al técnico y los pilotos para volar el aparato?