MADRID.- La opinión de los empresarios puede servir de guía para saber cómo se desarrollará la temporada veraniega en el sector turístico. Sólo un 35,9% de los profesionales encuestados por Exceltur, la patronal el turismo, piensa que sus ventas aumentarán entre julio y septiembre. Mientras, otro 36,7% opina que los ingresos disminuirán con respecto a la misma época del año 2010. Entre medias se encuentra el 27,3% que prevé que sus ventas se mantengan. Este es el sentir general del sector, pero si se entra al detalle de diversos subsectores, las opiniones varían entre los extremos.
Por ejemplo, las empresas de alquiler de coches piensan en un 96,2% de los casos que sus ventas se incrementarán en el periodo vacacional. Ello se debe al buen comportamiento que tendrá el turismo extranjero en destinos como las Islas Canarias o Baleares, junto a las zonas de costa. En una información reciente de este medio, dos de las principales compañías de rent-a-car reconocían que la mejora se producirá por la deriva de turistas que pensaban viajar a Túnez y Egipto y han cancelado sus vacaciones en estos países por las tensiones que existen en ellos.
El sector de los transportes (fundamentalmente las aerolíneas) es otro de los que piensan que su cifra de negocio mejorará, en un 56,6% de los casos. Por encima de la media también se encuentran los hoteles de costa, con el 43,8% de las opiniones favorables a la mejora de ingresos, y las empresas de ocio (parques de atracciones), con el 46,6%.
En lo que se refiere a los beneficios que obtendrán los diversos actores del sector una vez que a los ingresos se resten los costes, el 46,8% de los encuestados por Exceltur opinan que los mismos aumentarán entre julio y septiembre. Esta opinión es más generalizada en el sector de la distribución (agencias y turoperadores), con un 61,6% de respuestas afirmativas. Seguido del alquiler de coches, donde el 57,3% opina que los beneficios aumentarán.
Exceltur prevé un comportamiento desigual en el verano, con las zonas de costa y las islas como grandes beneficiadas por el turismo extranjero. Mientras, los destinos de interior, debido a su enorme dependencia del viajero nacional, tendrán unos resultados mediocres, ya que la demanda interna se encuentra muy parada.