MADRID.- La llegada de turistas de los dos principales mercados emisores para España (Reino Unido y Alemania) se ha estancado en los últimos quince años. Esta es una de las principales conclusiones de un extenso informe elaborado por la Banca March que se centra en el peso y la importancia del sector turístico para la economía.
En el estudio (PDF del resumen), la casi centenaría institución financiera explica que el peso del sector turismo en el PIB está infravalorado por parte de las estadísticas oficiales. El Instituto Nacional de Estadística (INE) calcula que el turismo aporta el 10% de la riqueza nacional. Sin embargo, desde Banca March sostienen que este peso puede rozar el 20%, a juzgar por las estadísticas de otras instituciones, como el Consejo Mundial de los Viajes y el Turismo (WTTC, en sus siglas inglesas).
Asimismo, el informe destaca un conjunto de tendencias relevantes en el panorama económico que incidirán en la industria turística. El primero de ellos es una “polarización de la riqueza”, en palabras de Ofelia Marín-Lozano, directora de analísis de la entidad. Es decir, que la brecha entre ricos y pobres se agranda, a la vez que disminuye el número de población que se puede considerar clase media. Ello significa que en los próximos años veremos un auge del turismo de lujo, mientras que las personas con menos recursos que estaban acostumbradas a viajar, lo harán con menor asiduidad y durante periodos más cortos.
Otra de las tendencias que se detectan en todo el mundo es el envejecimiento de la población. La calidad de vida ha aumentado la esperanza vital, sobre todo la de los habitantes de países más desarrollados. Ello obligará a las empresas de la industria a ofrecer productos adaptados para las personas mayores de 60 años, que se fundamenten en el mantenimiento de la salud y el disfrute. Además, los estados también se verán obligados a ofrecer programas dirigidos a este segmento de población, bien subvencionados en parte (como los viajes del Imserso) o sin subvencionar, pero dirigidos a rellenar las temporadas bajas de los destinos.
Desde el punto de vista de los destinos, los países emergentes son los más propicios para invertir y donde mayor crecimiento en número de hoteles e infraestructuras turísticas se producirá. China es uno de los focos principales de esta tendencia, ya que se calcula que en 20 años tendrá una clase media suficiente que dedicará parte de su renta a los viajes, algunos internacionales, pero la mayoría dentro del propio país, que or su tamaño será un destino turístico fundamental. Por otro lado, Brasil, India y Rusia son los otros destinos que se batirán el cobre en el mundo turístico, aunque con notables diferencias. En el caso indio la base hotelera es tan reducida que las posibilidades de crecimiento de este país son más elevadas. No obstante, su desarrollo económico no irá a la par, por lo que será un proceso lento.
Brasil es el ejemplo contrario, un país con uncrecimiento sostenido año tras año (5%) y con tasas de inflación controladas. El estado iberoamericano enfrenta dos hitos claves para su turismo: los Juegos Olímpicos y el Mundial de Fútbol. Además su mercado interno está compuesto por casi 200 millones de personas, lo que da idea de su potencial.