Turismo y pesca en el litoral mediterráneo, en peligro por diversos trabajos de petroleras

Costa de Ibiza | Foto: Ibiza.travel

MADRID.- La costa mediterránea y las Islas Baleares se convertirán en un polo de atracción para empresas petroleras en 2014. Según una información del diario El Mundo, cuatro empresas especializadas en la detección de bolsas de gas y petróleo se disponen a iniciar sus trabajos cerca del archipiéago balear. El problema es que para realizar este trabajo se requiere usar una broca perforadora que provoca un ruido de 249 decibelios en el fondo submarino, lo que provocará consecuencias en la fauna marina.

El reportaje del diario explica que la empresa Capricorn Spain Limited, filial de la compañía escocesa Cairn Energy, realizará las primeras perforaciones a 35 millas de la isla de Ibiza a lo largo de 2014. A ella se sumarán otras tres compañís petrolíferas: una británica, otra española y otra noruega. Para realizar estas perforaciones, e implantar las consiguientes plataformas petrolíferas si se encuentra algún tipo de recurso que extraer, es necesario un permiso del Gobierno español. El anterior Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) ya concedió estos permisos, que el actual Gobierno de Mariano Rajoy tiene pensado mantener.

Y ello a pesar de la oposición de los presidentes de las comunidades autónomas afectadas, que ven en estas operaciones un peligro para el turismo y los negocios anexos. Tanto Baleares, como buena parte del litoral mediterráneo, basan más de un tercio de su economía en la llegada de turistas y en el sector servicios asociado a los mismos. Un fallo en una de estas extracciones que provoque un incidente medioambiental afectaría de forma negativa a este turismo y perjudicaría el medio ambiente de zonas como las Islas Baleares, con un ecosistema muy particular.

Antes de que lleguen las perforaciones, para las que es necesario usar productos químicos que faciliten la perforación de la broca en la roca, se deben realizar estudios sonoros de la zona. Los mismos consisten en la emisión de ondas sonoras a 240 decibelios (para hacerse una idea, 180 decibelios equivalen al ruido de un cohete espacial) que rebotarán y penetrarán en el subsuelo. Con ello se pretende conocer la estructura de las capas más cercanas al suelo submarino, para saber si existe algún tipo de gas o de petróleo en las mismas a entre 600 y 1.400 metros de profundidad.

La afectación de estos trabajos no sólo sería para el turismo, sino que también intervendría en actividades como la pesca. Estudios de diversas ONG demuestran que la pesca desaparece durante meses en las zonas en que se llevan a cabo los estudios sonoros. Peces y cetáceos también se ven afectados por las altas emisiones sonoras.

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