Uber acumula pérdidas operativas de 3.000 millones

A pesar de su éxito, Uber todavía no es rentable, según los datos que ha hecho públicos la plataforma que intermedia en la reserva de vehículos con conductor. En el documento de su salida a bolsa, Uber indica que perdió 3.033 millones de dólares (2.682 millones de euros) en sus operaciones corrientes durante 2018, es decir, en su operativa normal del día a día. La empresa californiana es una máquina de hacer dinero, con ingresos anuales por valor de 11.270 millones (más de 30 millones al día), pero también lo gasta a la misma velocidad: 14.303 millones al año de costes. A principios de mayo se producirá la cotización de Uber en la bolsa de Nueva York y se espera que los inversores paguen cerca de 10.000 millones de dólares por las acciones de la compañía en su primer día de operativa, valorándola por encima de los 90.000 millones de dólares.

Uber afronta dos gastos principales que determinan la rentabilidad de su negocio. Por un lado, los costes para obtener sus ingresos, que ascienden a 5.623 millones. Aquí se engloban los pagos de comisiones por el cobro con tarjeta de crédito, seguros de conductores, incentivos para socios y otros gastos. Es la partida más abultada e incluye parte de los gastos que supone subvencionar sus tarifas de transporte para que sean competitivas en los diferentes mercados en que opera. Por otro lado se encuentra la inversión en publicidad, que en 2018 ascendió a 1.300 millones, y los incentivos, devoluciones y créditos a los usuarios finales, que sumaron 1.400 millones el ejercicio pasado.

La partida de incentivos (a conductores y usuarios) es uno de los riesgos que señalan los inversores en el modelo de negocio de Uber, porque a través de ella, la empresa disminuye de forma artificial, es decir, sin relacionarlos con los costes, los precios de sus servicios. A medida que el número de usuarios de su plataforma crece, esta cantidad también lo hace, comiéndose los ingresos. Pero, en el momento en que Uber deje de subvencionar sus precios y aplique las tarifas reales que supone prestar el servicio, la empresa puede perder clientes y ver reducido su volumen de negocio y su rentabilidad. Es algo similar a la cuadratura del círculo.

Los ingresos de Uber provienen de diferentes líneas de negocio. La principal es su famoso transporte de viajeros en vehículos con conductor, lo que le reportó 9.182 millones en 2018. Para obtener esta facturación, la empresa cobra una comisión del precio que los conductores han recibido del cliente. Las otras líneas de negocio son su servicio de entrega de comida (Uber Eats), con 1.460 millones de dólares; la de movilidad (desarrollo de coche autónomo), con 143 millones; y otros ingresos, con 112 millones.

Por otro lado, el continente americano es la principal fuente de ingresos de Uber. EEUU y Canadá aportan el 56,42% de los ingresos de la empresa, mientras que Latinoamérica provee el 18,37%. Europa proporciona el 15,79% del volumen de negocio de Uber, y Asia-Pacífico, el 9,4%. Ha sido en esta última región donde Uber tiene una competencia más férrea en empresas como Grab, quien acabó comprando los activos de la estadounidense en varios países asiáticos. Esta compra le ha reportado a Uber unos ingresos de 2.300 millones de dólares, que, junto con otras desinversiones, ha permitido a la empresa enjugar sus pérdidas y obtener un beneficio neto de 997 millones en 2018.

En el documento Uber explica que sus planes de expansión pasan por seis países prioritarios: Argentina, Alemania, Italia, Japón, Corea del Sur y España. Aunque la empresa también advierte de que se puede encontrar con problemas regulatorios en los mismos. El desarrollo de Uber Etas y de Uber Freight (entrega de paquetes a domicilio) son las otras dos patas en las que la compañía californiana quiere fundamentar su expansión futura.

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