Por fin ve la luz la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) después de que hace ocho meses se crease este organismo a través de un Real Decreto. Desde ese momento hasta hoy han ocurrido algunos hechos que marcarán decisivamente el primer año de trabajo de la nueva agencia. Por un lado, el Gobierno no cumplió los plazos para poner en marcha la AESA, ya que Magdalena Álvarez, ministra de Fomento, prometió que estaría funcionando antes de junio. Por otra parte, el accidente del vuelo de Spanair en el Aeropuerto de Barajas (Madrid) el pasado 20 de agosto ha puesto de manifiesto las deficiencias en el sistema de inspección de vuelos comerciales.
Algunos ya hablan de precipitación en la creación de este organismo, ya que el Ministerio de Fomento sólo ha nombrado a su directora gerente, pero aún no ha sacado a concurso público las 336 plazas que, según el propuesto de Presupuestos para 2009, quiere cubrir Magdalena Álvarez en la AESA. Habrá que esperar un tiempo, pero tendrá que verse si los casi 55 millones de euros que tendrá de presupuesto esta agencia servirán para llevar a cabo su trabajo: más inspecciones en las aeronaves que operan en España y la defensa de los derechos de los viajeros. A ello habrá que sumar la confianza que la agencia tendrá que trasladar a los pasajeros sobre la seguridad de los aviones. De momento nadie acompaña a Isabel Maestre, directora general de la AESA, salvo un consejo rector que se ocupará más de velar por el cumplimiento de las funciones de la agencia que por el trabajo diario que realice la misma.