La medida adoptada por los consejeros y ejecutivos de Air Berlin debería ser de obligada aplicación en el resto de firmas, aéreas o no. Nos referimos a la decisión de renunciar al 50% de las plusvalías que deberían recibir sus beneficiarios al final del ejercicio fiscal de 2008 (que acabará en el mes de marzo). Esta iniciativa ahorrará dos millones de euros a la aerolínea de bajo coste, que podrán ser destinados e invertidos en el crecimiento de la misma. Por ejemplo, se podrá usar una parte para pagar los salarios de los nuevos 400 empleados que busca la firma.
Aunque dos millones de euros en una firma con unos costes operativos anuales de 2.529 millones no suponen ni un 1% de los mismos, sí es un gesto que dice mucho en una época difícil para el sector aeronáutico. Y es que cuando una empresa ve reducirse sus beneficios, e incluso entrar en pérdidas tras años de ganancias, el primer tijeretazo se suele dar en el capítulo de costes salariales. Y como bajar el salario a los trabajadores es algo peligroso por la pérdida de talento que puede conllevar, se recurre a los despidos. Si los ejecutivos de muchas aerolíneas (y otro tipo de empresas) hubiesen recurrido a bajar sus sueldos y compartir sus plusvalías con el resto de la compañía, otras luces iluminarían el futuro de muchos parados. Lamentablemente, no es así.
Esperamos que cunda el ejemplo y, aunque sea tarde, los gestores y propietarios de muchas empresas decidan compartir sus beneficios (si los hay) o atenuar las pérdidas cediendo parte de sus salarios.