MADRID.- Los rumores sobre un retoque del IVA son insistentes y el Gobierno ya no lo niega. El 9 de julio se firmará el acuerdo para que el Fondo de Estabilidad Financiera de la UE conceda a los bancos españoles los 100.000 millones de euros para su recapitalización. A cambio, Europa pedirá nuevas subidas impositivas, entre ellas la del IVA, y varios recortes. Estas nuevas medidas se pueden producir antes de la firma del contrato (lo que podría ser el próximo viernes 6 de julio, cuando se celebra el siguiente Consejo de Ministros) o después. El presidente Mariano Rajoy ya ha advertido de que vienen nuevas reformas.
El sector turístico puede ser uno de los perjudicados por esta subida, a pesar de que José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo, ha reiterado que la misma no se contempla. Lo mismo ha dicho Isabel Borrego, secretaria de Estado de Turismo. Pero las empresas del sector no se fían. El Partido Popular llegó al Gobierno en diciembre de 2011 diciendo que no subiría los impuestos y, semanas después, aprobó un incremento de los tipos del IRPF. Por eso pocos les creen.
Las actividades principales del sector (restauración, hotelería y transporte) tributan al tipo del 8% en el IVA. La idea más extendida es que el Gobierno encajará estas actividades en el tipo general del 18%, un incremento de 10 puntos porcentuales de golpe. Desde el sector están haciendo fuerza y se suceden los informes en contra. El último habla de que un aumento del IVA en la hostelería del tipo reducido (8%) al general (18%) conllevará la destrucción de casi 130.000 empleos entre asalariados y no asalariados, el 9% de la población ocupada en el sector, según un estudio encargado por la Federación Española de Hostelería y Restauración (FEHR).
El estudio ha sido realizado por el profesor Manuel Figuerola, de la Universidad de Nebrija, y estima que elevar este impuesto provocará una caída del consumo cifrada entre el 6% y el 8%. Con ello descendería la producción del sector cerca de un 11%, lo que supone una merma de 11.000 millones de euros y una pérdida de 6.000 millones del Valor Añadido Bruto (VAB). Figuerola también explica que se produciría una “importante pérdida de competitividad” de los servicios y productos turísticos españoles, ya que cerca del 30% de la producción del sector hostelero es adquirida por el turismo.
Asimismo, la caída de la actividad y del consumo llevaría a que Hacienda recaudase menos dinero, con lo que se podría conseguir el efecto contrario al deseado con la subida impositiva. El dato de la pérdida de empleo contrasta en un día en que se ha conocido que el paro ha descendido en 98.853 personas.
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