Este dinero se usa para que los navegantes que acceden a un buscador e introducen alguna palabra relacionada con viajes o turismo sean asaltados con anuncios prometiéndoles unas felices vacaciones o los vuelos más baratos. Además, el dato de publicidad en Internet contrasta con el dedicado a medios offline, como puede ser publicidad en vallas, televisión, prensa o radio: 214,7 millones de dólares, casi diez veces menos y un 7,2% menos que en 2014. La cuestión es si esta inversión es rentable.
Y la respuesta se debe buscar en los resultados de la compañía. Según Priceline, los portales que gestiona el grupo han vendido 500 millones de productos en 2015, entre noches de hotel (432,3 millones), días de coches de alquiler (59,9 millones) y billetes de avión (7,7 millones). Esto quiere decir que la promoción de cada producto le ha costado de media 5,59 dólares. Y, ¿cuánto ha ingresado Priceline por la venta de cada producto? Según los resultados de la empresa estadounidense, por la venta de sus servicios ha ingresado 8.610,87 millones de dólares en total. O lo que es lo mismo, 17,22 dólares de media por cada producto vendido.
En definitiva, Priceline gana una media de 11,63 dólares por cada producto que vende a través de sus portales. El conglomerado no da datos sobre sus números de clientes, por lo que es difícil conocer la rentabilidad de cada uno de los compradores que acceden a su web.
Buceando un poco más en los resultados de Priceline podemos ver la rentabilidad de este negocio. Los ingresos totales de la compañía (incluyendo reservas e ingresos por publicidad) ascendieron a 9.223,99 millones de dólares en 2015, un 9,3% más que hace un año. Y estos ingresos han crecido un 111,8% en cuatro años. Por su lado, el beneficio ascendió a 2.551,36 millones de dólares en 2015. Esto quiere decir, que la rentabilidad de Priceline es de un 27,7% sobre los ingresos. Ya le gustaría a muchas empresas turísticas contar con este margen de beneficios.
La estrategia de Priceline, al igual que la de su inmediato competidor (Expedia), ha sido la compra de empresas independientes que fuesen líderes en su segmento de mercado para sumarlas al negocio. Por ejemplo, esto es lo que sucedió con Booking.com, uno de los portales más importantes en la reserva de hoteles en todo el mundo. Y todo empezó en 1997 con una pequeña web que se llamaba Priceline y nació en el estado de Delaware, muy cerca de la ciudad de Washington.