Venezuela quiere conseguir 1 millón de turistas

MADRID.- Venezuela mantiene una tensa calma tras las elecciones presidenciales que dieron la victoria a Nicolás Maduro, sustituto de Hugo Chávez al morir el presidente de bolivariano. La oposición ha denunciado fraude en las mismas, aunque el máximo órgano que se encarga de velar por el cumplimiento de la ley electoral ha desestimdo la demanda. Tras varias jornadas de protestas, el país ha vuelto a la relativa calma.

En este escenario, Andrés Izarra, ministro de Turismo de Venezuela, ha explicado que el país latinoamericano se ha propuesto recibir un millón de turistas anuales (en 2012 las cifras oficiales arrojan un saldo de 782.686 visitantes, un 25% más que en el periodo anterior). El ministro ha explicado que se elaborará una estrategia para coordinar los destinos de temporada baja con los de temporada alta, incrementando las habitaciones disponibles en 10.000.

La estrategia se orientará a áreas como el Caribe central, el cual incluye el Distrito Capital y los estados Vargas, Miranda, Carabobo y Aragua, así como el eje occidental, principalmente las playas de Falcón. La mayoría del turismo que recibe Venezuela es de los países limítrofes del área latinoamericana. Diversas estadísticas sitúan al país como uno de los más inseguros, por lo que uno de los retos de Maduro será conseguir que ciertas zonas de Caracas, la capital, y de otras regiones se conviertan en lugares tranquilos.

Además, el ministro de Turismo ha anunciado que se construirá un complejo en las islas La Orchila, La Blanquilla y la Tortuga, con el objetivo de incrementar las visitas de turistas venezolanos e internacionales. La idea es construir instalaciones tipo posada y un plan integral de desarrollo que contemple la gestión de residuos sólidos, agua, instalaciones eléctricas y servicios generales.

Venezuela es un país con recursos naturales que podrían crear un gigante económico en la zona. El Gobierno de Hugo Chávez significó el incremento de los niveles de bienestar para muchos ciudadanos, sobre todo clases bajas, a través del uso de los ingresos del petróleo para financiar programas sociales. Sin embargo, en los años posteriores a la crisis económica las autoridades del país no han sabido sacar todo el rendimiento a sus recursos. En ciertas ciudades se han producido escenas de desabastecimiento en supermercados e incluso de racionamiento de bienes.

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