MADRID.- International Consolidated Airlines Group (IAG), el conglomerado financiero en el que se agrupan British Airways, Iberia y Vueling, ha anunciado que realizará importantes inversiones para renovar la flota de sus aerolíneas. Aunque no de todas. De momento, Iberia se queda fuera de los planes para volar con nuevos aviones. Así, IAG ha encargado 62 Airbus 320 para Vueling, 30 aviones del modelo A320ceo y 32 aparatos del modelo A320neo. En total, una inversión que no superará los 5.300 millones de dólares y que se desembolsarán de forma progresiva. Por su lado, British Airways comprará 18 aviones Boeing 787 y otros 18 aviones Airbus 350, modelos destinados al largo radio. La Junta Extraordinaria de Accionistas de la compañía tendrá que aprobar estas compras el próximo 26 de septiembre.
Pero, ¿qué pasa con Iberia? La compañía española tendrá que esperar, según los máximos responsables de la firma. Como si fuese un castigo, la flota de la aerolínea no se renovará hasta que no finalice su plan de reestructuración, que supone la salida de 3.100 personas de una plantilla de algo más de 19.000 trabajadores. IAG debe pensar que ya está invirtiendo demasiado en adelgazar Iberia (cerca de 300 millones de euros en lo que llevamos de 2013, más 200 millones en el último trimestre de 2012) y no quiere realizar nuevas inversiones en Iberia hasta que sus resultados dejen de arrojar pérdidas.
La reestructuración de Iberia no sólo supone la salida de trabajadores, también la reducción de sus salarios hasta un 10% de media, tras las negociación de las condiciones de productividad de los últimos meses entre trabajadores y dirección. Willie Walsh, consejero delegado de IAG, quiere hacer de Iberia una compañía más eficiente y, aunque le está costando el descontento de sus trabajadores, huelgas y daños en la imagen de la firma entre los pasajeros, lo va consiguiendo a marchas forzadas. Junto al adelgazamiento de su nómina de personal, Iberia abandonó a finales de 2012 las rutas que no le resultaban rentables, muchas de ellas en Latinoamérica, su mercado natural desde hace años. Buena parte de los trabajadores (actuales y antiguos) de la aerolínea española vieron en esta decisión una imposición de los británicos para hacerse con el tráfico latinoamericano e ir engullendo poco a poco a Iberia en la estructura de British Airways.
Sin embargo, los tiros pueden ir por otro lado. Iberia tiene una marca poderosa en Latinoamérica, por lo que parece poco probable que IAG quiera destruir la misma para hacer que British Airways, una compañía especializada en los vuelos a América del Norte y Asia, occupe su lugar. Por otro lado se encuentra la adquisición de Vueling (casi completa con más del 90% de las acciones) y que IAG usará para los vuelos europeos, teniendo como base el Aeropuerto de Barcelona-El Prat, que puede convertirse en una referencia en toda Europa. Habrá que ver cómo encaja en esta estrategia Iberia Express, la filial de bajo coste de Iberia que se creó para los vuelos nacionales y europeos. No sería de extrañar que Express se quede con los pocos vuelos que opere Iberia entre capitales españolas y con parte de los que cubran el Norte de África.
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