MADRID.- El conglomerado aéreo IAG, que nació de la fusión entre Iberia y British Airways, tiene previsto alcanzar un beneficio de 1.800 millones de euros en 2015, según la comunicación de resultados anual que la compañía ha realizado a los mercados en los últimos días. Esta cantidad supondría un margen del 9,6% con respecto a su volumen total de ingresos. Una cifra nada desdeñable en una industria marcada por los estrechos márgenes de beneficio debido a los altos costes que soporta.
La noticia más importante para IAG es el beneficio que ha obtenido en 2013, de 151 millones de euros, frente a las pérdidas de 658 millones de un año antes. La integración de Vueling tras su compra, que ha aportado los beneficios de la compañía de bajo coste catalana, y la reducción de pérdidas de Iberia han sido fundamentales para que el holding aéreo presente mejores resultados. Otro debate sería que el tipo impositivo del grupo sea sólo del 8% de sus beneficios operativos.
Según los datos facilitados por IAG, el beneficio operativo (resultante de restar los gastos de funcionamiento a los ingresos) de Vueling ha sido de 166 millones de euros desde abril de 2013, lo que muestra a las claras que el modelo de bajo coste para vuelos europeos sigue siendo muy rentable. Por su lado, British Airways ha registrado un beneficio operativo de 762 millones de euros y, con diferencia, es la aerolínea que mayores recursos aporta a todo el grupo.
El caso de Iberia es diferente. La compañía española sigue en pérdidas, 166 millones de euros, aunque mucho menores que los 351 millones de 2012. El plan de reducción de costes y despidos empieza a dar sus frutos en la aerolínea. Y es que IAG se ha gastado 470 millones de euros en indemnizaciones por despidos. Además, en las últimas semanas, Iberia ha firmado con pilotos y personal de cabina acuerdos laborales que suponen rebajas salariales del 14% de media, así como diversas medidas de productividad. Sólo falta el colectivo de trabajadores de tierra (mantenimiento, handling, etcétera) en sumarse a estos acuerdos. Desde la llegada de Luiz Gallego a la presidencia ejecutiva de Iberia, en sustitución de Rafael Sánchez-Lozano, anterior consejero delegado, encargado del ERE aplicado sobre 3.100 trabajadores, las negociaciones han sido rápidas y se ha llegado a diversos acuerdos.
Los pactos firmados entre Iberia y sus trabajadores dan a la compañía un aura de tranquilidad social, con lo que se despeja el horizonte de posibles huelgas de los trabajadores para reivindicar sus derechos, que se han visto mermados desde la fusión de la aerolínea con British Airways. Desde Londres, Willie Walsh, consejero delegado del grupo IAG, ha forzado la aplicación de medidas severas para reducir los costes de Iberia, centrándose en los gastos salariales de pilotos y en la reducción de rutas no rentables en Iberia, muchas de ellas a Latinoamérica. En sentido contrario, Iberia ha creado un nuevo rango de tarifas de “bajo coste”, con servicios más reducidos, ha mejorado la calidad de su clase business y ha procedido a cambiar su imagen y ocupar unas nuevas oficinas en Madrid.
Si se baja al detalle de las cuentas, las mismas arrojan unos ingresos para el grupo IAG de 18.675 millones de euros, un 3,1% más (el 87% proviene de la venta de billetes). Mientras que los gastos totales, 17.905 millones, se reducne un 1,3%. Sin duda, la partida de gastos de personal, que cae un 5%, ha ayudado en este descenso.